La investigación pedagógica
Tipo de material: TextoIdioma: Español Editor: Buenos Aires: Estrada ; 1971Edición: 1a edDescripción: 312 p. gráf., cuad. ; 19 cmTema(s): Aprendizaje | Docencia | Técnicas | Procedimientos | PedagógicaClasificación CDD: 001.4 Resumen: La educación es y seguirá siendo un arte. Afirmación ésta que no está en contradicción con la siguiente: cierto sector de la pedagogía se torna cada vez más científico. En la actualidad sabemos muy bien que no hay arte que pueda ejercerse correctamente ni que le permita al artista expresarse, plenamente, si no torna como referencia un mínimo de datos objetivos, si de algún modo no aplica los resultados de laboratorio, si no se apoya en ciertos supuestos científicos. Al respecto, es harto elocuente el arte del clínico: qué seria del médico que, no queriendo fiarse más que de su intuición, se resistiera a hacer practicar exámenes de laboratorio o no se valiera de placas radiográficas para fundar su diagnóstico y prescribir la terapia correspondiente. Lo mismo sucede en el dominio de la educación. La personalidad del maestro es uno de los elementos esenciales del hecho educativo, y desde hace tiempo se viene insistiendo en que "no se enseña lo que se sabe o IQ que se cree saber; se ensena lo que es". Por grandes que sean la perspicacia y la intuición que pueda tener un hombre -si bien estas dotes son siempre indispensables- con eso solo no alcanza. Al educador le es imprescindible poseer conocimientos biológicos, sociológicos y psicológicos, y aprender a observar a sus alumnos, a controlar' las tareas de éstos, a considerar objetivamente los resultados que se logran. No tenemos ya el derecho, en los tiempos que corren, de retacear los esfuerzos que le permitan a la escuela cumplir su misión lo mejor posible y alcanzar el más alto grado de rendimiento. En este terreno es indispensable adoptar una actitud científica, de modo que quien aspire a dedicarse a la pedagogía experimental debe disponer de instrumentos capaces de permitirle llegar a conclusiones objetivas.Tipo de ítem | Ubicación actual | Colección | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Libros | Biblioteca USFA El Alto Colección General | Libro | 001.4 D340i (Navegar estantería) | Disponible | BEA00319 | ||
Libros | Biblioteca USFA El Alto Colección General | Libro | 001.4 D340i (Navegar estantería) | Disponible | BEA00776 |
La educación es y seguirá siendo un arte. Afirmación ésta que no está en contradicción con la siguiente: cierto sector de la pedagogía se torna cada vez más científico. En la actualidad sabemos muy bien que no hay arte que pueda ejercerse correctamente ni que le permita al artista expresarse, plenamente, si no torna como referencia un mínimo de datos objetivos, si de algún modo no aplica los resultados de laboratorio, si no se apoya en ciertos supuestos científicos. Al respecto, es harto elocuente el arte del clínico: qué seria del médico que, no queriendo fiarse más que de su intuición, se resistiera a hacer practicar exámenes de laboratorio o no se valiera de placas radiográficas para fundar su diagnóstico y prescribir la terapia correspondiente. Lo mismo sucede en el dominio de la educación. La personalidad del maestro es uno de los elementos esenciales del hecho educativo, y desde hace tiempo se viene insistiendo en que "no se enseña lo que se sabe o IQ que se cree saber; se ensena lo que es". Por grandes que sean la perspicacia y la intuición que pueda tener un hombre -si bien estas dotes son siempre indispensables- con eso solo no alcanza. Al educador le es imprescindible poseer conocimientos biológicos, sociológicos y psicológicos, y aprender a observar a sus alumnos, a controlar' las tareas de éstos, a considerar objetivamente los resultados que se logran. No tenemos ya el derecho, en los tiempos que corren, de retacear los esfuerzos que le permitan a la escuela cumplir su misión lo mejor posible y alcanzar el más alto grado de rendimiento. En este terreno es indispensable adoptar una actitud científica, de modo que quien aspire a dedicarse a la pedagogía experimental debe disponer de instrumentos capaces de permitirle llegar a conclusiones objetivas.
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